mayo 07, 2011

Por una historieta uruguaya

No vivo del oficio de guionista por la sencilla razón que en este país no hay revistas y los pocos que algo dibujan ya se las arreglan solitos…Pero eso me deja como un observador objetivo de por donde anda la “historieta uruguaya”.Hay una gran cantidad de dibujantes haciendo historietas, pero cuando leo sus historias, veo que les faltan buenos argumentos. El guión brilla por su ausencia.
Parece que al dibujante de esta época solo le importa copiar a los americanos, a sus superhéroes estereotipados, llenos de bótox y anabólicos que hasta en los propios USA están perdiendo interés ante nuevas líneas de guión y de dibujo. Veo con tristeza al chico que se inicia, relamiéndose porque logró dibujar un engendro que nada tiene que ver con nuestra idiosincracia.
Y la otra escuela o bazofia de la que copian es de los execreables mangas, que invadieron el mundo en las últimas décadas y que todavía no me explico qué le ven a esos dibujos insípidos, la gran mayoría hecho tipo fábrica, cuyos guiones prácticamente son inexistentes y cuando lo tienen, intentan filosofar según su orientación oriental. Nada más lejos de nuestra forma de vivir.
Un buen dibujo debe partir de una buena base: un completo estudio de la anatomía humana y animal, comprender las leyes de la perspectiva y utilizar los paisajes que nos rodean, si están ahí, son gratis, solo hay que sacarles una foto si no quieren copiarlos del natural y buscar que la historieta sea lo más uruguaya posible, porque sinó ¿de qué historieta uruguaya estamos hablando? Y no es porque no haya buenos dibujantes, opino que están con la mente puesta en lo extranjero, que puede servir como medio pero nunca como fin. No voy a caer en la mala onda de nombrar a nadie, pero de los dibujantes actuales apenas si se salva un par, los demás deberían hacerse un cuestionamiento y empezar de nuevo para buscar las raíces y entonces sí, dibujar lo que llamaríamos la “historieta uruguaya”. Ya sé que es más fácil atacarme y decir que me equivoco pero entonces, si tanto les gusta ese tipo de dibujo, ¿por qué no van a los USA, que es posible que ganen lo que nunca soñaron, eso si es que logran entrar en ese mercado cerrado a los sudacas, salvo un par de excepciones. No les digo que se vayan a Japón porque con el problema por el que están pasando, esa isla desaparece en pocos años y del manga ni noticias quedarán.
Aparte de ser un pueblo muy chauvinista y con acendrado sentido del trabajo, no creo que un uruguayo pueda seguirles el ritmo.
Me duele ver jóvenes disfrazados de los estúpidos personajes de películas. Si hasta comprando el disfraz les están dando de ganar por el merchandising. Se llenan los bolsillos con lo que les sacan a nuestros ilusos seguidores de tantas “sagas” espaciales llenas de “efectos especiales”.(Cómo me viene a la memoria cuando los conquistadores les daban espejitos a los indígenas para sojuzgarlos)
 Algo de eso está sucediendo y nadie hace nada. Van como rebaño y adoran el dios del espejismo, dibujantes sin ideas propias…Recapaciten, por favor y reestudien todo, sáquense esa mochila de los foráneos y traten de hacer algo de lo que nos sintamos orgullosos, nuestro, uruguayo y verán que tendremos una verdadera “Historieta Uruguaya”.

mayo 06, 2011

Una pareja despareja

Este pequeño sketch fue un ensayo que hice para un programa televisivo que presenté a unos ejecutivos sin que se les moviera un pelo.
Título provisorio:
Ella y él
En “Un amigo de la facultad”
ÉL: (Llega al apartamento. Pone cara de cansancio y tira el maletín en el sofá.) -¡Uf, qué día, señor, qué día!
ELLA: (Sigue mirando el teleteatro como si nada.) –No dejes el maletín sucio en cualquier lado...
ÉL: -¡Qué bien la señora! ¡Uno llega muerto de cansancio,  luego de todo un día de trabajo en esa oficina de miércoles y ella solo dice:‘‘¡No dejes el maletín sucio!” ¡Como si este maletín trajera droga o que se yo qué cosas!
ELLA: (Sigue mirando la tele. Muerde una galletita dietética, con miel dietética, of course.) –Te lo pedí con buena educación...
ÉL: (Entrando en cólera, pero no mucho.) -¡Sí, la que te dieron en tu casa! ¿No? ¿O acaso tu viejo no dejaba sus puchos tirados por todos lados y tu vieja vivía rezongándolo?...
ELLA: (Sin quitar la vista de la telenovela, donde la actriz derrama litros de lágrimas televisivas.) Yo no me meto con tus padres...Dejá a los míos tranquilos...
ÉL: (Pone marcha atrás y disimulando) –Bué...¿tomaste mate?...
ELLA: -¿No te acordás que estoy a régimen?
ÉL: -¿Y el mate qué te hace? ¡No me vas a decir que te engorda ahora!
ELLA: (Llorando junto a la actriz de la tele y secándose las lágrimas con papelitos descartables.) –No tengo ganas ...¡Snif, snif! Tomá vos...¡Snif, sniff!!!
ÉL: (Abriendo el grifo, con la caldera en la mano) -...tá bien. Linda forma de atender al marido que viene del trabajo. Después no quieren que uno no se deprima y...
ELLA: (De pronto recuerda algo) -¡Ah, te llamó un tal Horacio!... Dejó dicho que lo llamaras...
ÉL: (Casi se prende fuego un dedo con el encendedor) -¡Horacio! ¿Y recién me lo decís?
ELLA: -Recién llegás...
ÉL: (Sacándole la yerba seca al mate) –Pero, ¡Horacio! ¿No sabés que es el tipo que hizo más guita que el Banco Central, en los últimos tiempos?
ELLA: (Haciendo zapping. La telenovela acaba de terminar.)
-Mmmm, en algo andará...
ÉL: -¡Es mi amigo de la infancia y adolescencia! Fuímos a la facultad juntos...Ël siguió...y mirá vos, es abogado...A mí me quedaron algunas materias...pero, ¡qué bocho para los negocios el Horacio! ELLA: (Sigue con el zapping) –No salvaste primero...
ÉL: -¡Qué decís! Yo dejé por los líos...La vieja pasaba muchos nervios por aquellas huelgas y me dediqué a otros estudios...
ELLA: -¿Vas a tomar mate?...
ÉL: -Primero voy a llamar a Horacio. ¡Quién te dice que me tire con algún negocito o algún milloncito! Total, uno más, uno menos, qué le hace a él...¡Ese sí que está forrado de verdes!
ELLA: -Mmm... (Empezó otra telenovela y se borró de escena)
ÉL: (Discando los números)
-¡Qué gran tipo este Horacio! ¡Se acordó del amigo Antonio!...¡Estos son los amigos de fierro que uno hizo en la juventud!...Como cinco años que no lo veo...¡Hola! ¡Sí!...¡Hola! ¿Quién habla? ¡Ah, señora, habla Gambelli, el amigo de Horacio!...¿Que qué amigo? Fuímos juntos a la facultad de Derecho...Sí, él se recibió...
No, yo no soy abogado...No... ¡Sí!...¡No!...¿Qué si conozco alguno? ¿Y que sea bueno? ¿Muy, muy bueno?...Y...mañana consulto en la oficina...Ah, tiene que ser rá-pido...¿Que nadie le quiere salir de abogado? ¿Y dónde lo tienen? Ah, en la Central... Eeee, bueno, señora, si sé de alguien la estoy llamando. Sí, hasta mañana. No, ¡no se preocupe!...Me hago cargo...
ELLA: (Comiendo la primer galletita dietética de la segunda bolsa abierta y casi absorta por la novela) –No me cuentes nada. Andá a tomar mate...
ÉL: (Todavía con el tubo en la mano) -¿Dónde tenés las pastillas de tranquilizantes?... Si llega a llamar de vuelta la señora de Horacio, decile que me fuí al Tibet...¡Por tres o cuatro años; por asuntos de negocios!... ¿Quién conoce a las personas?
ELLA: -Dale, que después no cenás nada...

Telón piadoso sobre Él que sigue con el teléfono en la mano...